Todo es diferente si lo observas desde otra perspectiva.

Lestat era muy listo, la catedral de París a su entera y completa disposición. Y claro, debido a mi condición, no estaba muy dispuesto a precísamente entrar en ella, así que opté por quedarme abajo y observarle desde allí.
-Lestat, así que escoges lugares santos para esconderte...interesante-comenté.-Te hablaría cara a cara pero por desgracia soy reacio a meterme en una catedral. Forma parte de las cosas naturales, ¿sabes?

-Bueno, he venido a hacerte una visita, como al resto del mundo cada vez que paseo por él, cuando tenga una visita para algo mñas que mera cortesía lo sabrás, tranquilo. ¿Necesito un pretexto para visitar a la gente teniendo en cuenta quién soy? Puede que los mortales lo piensen, pero soy más observador de lo que ellos creen, a menudo observo más que actúo-le contesté esbozando una media sonrisa desde abajo.

Sonreí a medias.
-Para ser un vampiro eres muy atrevido Lestat...pero no importa, ya veo que tienes problemas en los que pensar.-comenté.